Deep Sea Embers
El efecto negativo de la cama larga en la columna cervical
El mar profundo es algo que inspira temor.
Alice es una muñeca, pero aún así posee una mirada animada que expresa emociones y cambios de expresión que son difíciles de explicar con la lógica ordinaria. Por lo tanto, Duncan puede percibir claramente el miedo y la resistencia hacia el mar profundo, o más bien, hacia ciertas “cosas” dentro de él, a partir de las expresiones de Alice. Al recordar las visiones espirituales y las imágenes fronterizas que vio en el mar, Duncan se da cuenta de que el vasto océano en el que se encuentran esconde un gran terror.
El ‘Sin Hogar’ navega en estas aguas infinitas, y la nave mecánica con la que se encontraron antes también está navegando en este océano. Esto despierta la curiosidad de Duncan sobre lo que está más allá: ¿Cómo son los continentes en este mundo? ¿Existen continentes “normales”?
Sin embargo, la muñeca frente a él no puede responder a sus preguntas. Alice pasa la mayor parte de su tiempo en un estado de semiconsciencia, según la evaluación de Duncan, lo que debe ser el efecto de algún tipo de sello o “supresión”. Recuerda la situación de la cabina de la nave mecánica que observó a través de la percepción del ‘Sin Hogar’ cuando se cruzaron, los misteriosos símbolos rúnicos, la decoración cargada de simbolismo religioso y los signos grabados en el “ataúd” de Alice, todos los cuales indican que esta “muñeca maldita” es temida en la “sociedad civilizada”.
Duncan mira con intención a la muñeca frente a él, y Alice le devuelve la mirada con una expresión tranquila y serena.
—Confírmame una cosa —dice Duncan—. No recuerdas de dónde vienes ni las experiencias que has tenido en el pasado, ¿verdad?
—No recuerdo —responde Alice con seriedad—. Desde que tengo memoria, he estado tumbada en esta gran caja. No sé por qué, pero siempre ha habido personas nerviosas a mi alrededor, temerosas de que salga, así que han sellado la caja de todas las formas posibles. Para ser sincera, ahora que lo recuerdo, esos clavos que me pusiste en la tapa de la caja no parecían tan malos… aunque después agregaste ocho proyectiles, pero al menos no me llenaste de plomo.
Duncan ignora los comentarios sarcásticos de Alice y continúa con sus preguntas:
—Entonces, ¿de dónde viene tu nombre? ¿Quién te lo puso? Si nunca has salido de la caja ni has interactuado con otras personas, ¿cómo tienes un nombre? ¿Acaso te lo pusiste tú misma?
Alice se queda en silencio, sumida en la confusión. Parece estar realmente perdida en sus pensamientos durante unos diez segundos, hasta que finalmente recupera la compostura.
—No lo recuerdo —dice—. Siempre he sabido que me llamo Alice, pero no fui yo quien me puso este nombre…
Murmura para sí misma, apoyando las manos en su cabeza en un gesto inconsciente. Duncan se sobresalta y rápidamente la interrumpe:
—Ya está, no te acuerdas, no tienes que arrancarte el pelo…
Alice no responde.
Después de esto, Duncan le hace muchas más preguntas a la muñeca, pero, lamentablemente, la mayoría no dan resultado. Como ella misma ha dicho, ha pasado la mayor parte de su tiempo consciente en un estado de semiconsciencia dentro de su “ataúd”, manteniendo una alternancia entre dormir y estar medio despierta. Sabe muy poco del mundo exterior, y el conocimiento que tiene proviene de las conversaciones que escuchó a medias mientras estaba en su estado de semiconsciencia. Estas informaciones fragmentadas no ayudan mucho a Duncan a entender el mundo en el que se encuentran.
Sin embargo, Duncan no se va con las manos vacías de esta conversación con Alice. Al menos, ha podido confirmar algunos puntos:
En este mundo existen estructuras de poder llamadas “ciudades-estado”, un término que repite constantemente la muñeca en sus relatos, casi como si definiera su viaje por completo. Su destino original en este viaje era una ciudad-estado llamada “Plande”.
Parece ser un lugar próspero, ya que los marineros lo describen como “importante en muchas rutas marítimas”.
En segundo lugar, Alice tiene un apodo: “Anomalía 099”, que parece ser su designación “oficial” en el mundo civilizado. Hasta ahora, aparte de ella y Duncan, nadie más parece conocer el nombre de “Alice”.
Por último, Alice ha sido trasladada de una ciudad-estado a otra, y no es la única “anomalía” en esta situación. Durante algunos viajes, escuchó a los encargados de su “escolta” mencionar la frase “otras cajas de sellado”.
Duncan especula que esta práctica de trasladar constantemente a las “anomalías” podría ser una medida para sellarlas y evitar que escapen.
Es evidente que el equipo encargado de transportar a la Anomalía 099 ha tenido mala suerte debido a la aparición del ‘Sin Hogar’, y la “muñeca” ya ha escapado.
Solo queda por saber qué hace que esta extraña muñeca maldita sea tan aterradora y qué consecuencias traerá su escape. Después de todo, mientras estuvo en el ‘Sin Hogar’, parecía bastante inofensiva.
Duncan se siente un poco decepcionado. Pensaba que había encontrado una fuente de información que le ayudaría a entender este mundo, pero resulta que la chica del ataúd está tan desorientada como él.
Sin embargo, cuando su mirada vuelve a posarse en Alice, que sigue sentada en silencio en la caja, su decepción se desvanece un poco. Al menos, ahora tiene a alguien con quien hablar en el ‘Sin Hogar’, aunque sea una muñeca, aunque su cabeza se desprendiera de forma espeluznante, aunque tenga más secretos, aunque a veces diga tonterías.
Es mejor que el cabra loca de la pintura.
Y hablando de extraño y peligroso, ¿qué hay de seguro en este mar infinito, en el ‘Sin Hogar’, en todas las cosas extrañas de este barco? Desde la perspectiva de los demás, es probable que él, el “Capitán Duncan”, sea el más peligroso de todos.
Duncan suspira, y su expresión se suaviza sin que se dé cuenta. Con un tono casual, pregunta:
—Quiero saber qué harías si te volviera a tirar del barco.
Alice parpadea:
—¿Volverías a ponerme proyectiles?
—No.
—¿O clavos?
—No… —se aclara la garganta—. Quiero decir, si te niegas a quedarte en el barco…
—Entonces volvería a nadar hasta aquí —dice Alice, sentada con dignidad y mirando a Duncan con franqueza—. No quiero ser devorada por este mar. Al menos en tu barco hay un lugar donde quedarme.
La sinceridad de Alice deja a Duncan atónito, sin saber si considerarla honesta o de cara dura. Después de pensarlo cuidadosamente, solo puede decir:
—Podrías haber sido más diplomática…
—Ya sabes la respuesta, ¿no? —sonríe Alice—. Pero si vuelvo, tal vez encuentre una manera de esconderme en algún lugar de la cabina para que no me encuentres. No he estado completamente despierta durante mucho tiempo, y en los viajes anteriores no lo pensé bien, pero ahora tengo experiencia…
Duncan la interrumpe:
—Mi percepción abarca todo el barco, incluso puedo determinar la posición de cada ola que golpea el casco.
Alice se queda sin palabras:
—Ah…
Duncan continúa, con una expresión serena:
—Además, también podría elegir destruirte por completo, de manera que no puedas seguir molestando a mí y al ‘Sin Hogar’.
La muñeca parece no haber considerado esta posibilidad, se abre de ojos y, de repente, se escucha un chasquido en su cuello…
La muñeca sin cabeza agarra su cabeza con torpeza y comienza a presionarla contra su cuello, lo que hace que Duncan se quede sin palabras y no pueda continuar con el ambiente que estaba tratando de crear. Solo puede suspirar con una mezcla de risa y frustración mientras espera a que Alice se coloque la cabeza de nuevo antes de continuar:
—Sin embargo, creo que no está mal tener un miembro más en la tripulación del ‘Sin Hogar’. Si puedes portarte bien en este barco, te asignaré un lugar.
—¡Ya lo hubieras dicho antes! ¡Casi me da un ataque al corazón!
Duncan no puede evitar que su ojo tiemble un poco:
—Entonces, ¿qué hay de tu cuello?
Alice se encoge de hombros con inocencia:
—No lo sé. No tengo muchas oportunidades de “salir a pasear”, así que no tengo ni idea de por qué mi cuerpo tiene este problema…
Duncan mira fijamente a Alice durante unos segundos, y con seriedad dice:
—Parece que la cama larga no es buena para la columna cervical.